«¿Adónde te escondiste?» Así empieza el Cántico espiritual de san Juan de la Cruz, ¡porque al mismísimo san Juan de la Cruz se le pierde Dios!

Pero, bueno, ¿no es un santo? ¿No se supone que los santos están cerca de Dios? Pues no, o sí, no lo sé, pero a san Juan de la Cruz se le pierde Dios. Es un hecho. Lo dice él mismo: «¿Adónde te escondiste, Amado?» ¡Caramba!, que además es su Amado, la Persona en la que pone su corazón, su vida entera. ¡Y lo ha perdido! Pero, ¿qué has hecho, Juan, para perderlo? Y anda por ahí preguntando: «¿Adónde te escondiste?, pero ¿dónde te has metido? ¿Juegas al escondite o algo así?»

Bueno, bueno, Juan, ¿se esconde Él o no sabemos buscarlo nosotros? Vaya dilema. Por mi parte, colaboro en resolver la segunda parte.

Con este librito me propongo que el lector sepa buscar a Dios. Que se esconda o no es cosa suya y algo que se nos escapa; o sea, que no podemos hacer nada al respecto. Pero sobre el saber cómo buscarlo, tenemos mucho margen de acción; o sea, que podemos hacer mucho. Y para ayudarnos a ello nace este libro. ¿Encontraremos a Dios después de leerlo? Yo solo digo que indico los caminos que apuntan hace la existencia de Dios para que todo el mundo lo entienda; que no es poco. Ea, pues, lee ¿Adónde te escondiste?, que aprenderás mucho, acaso descubras a Dios y te lo pasarás pipa.

Presentación del libro en la librería Paulinas.

Explorando los caminos de la existencia divina.

Entrevista en Religión en libertad.

Entrevista en InfoCatólica

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